La utilización de maquinaria en los distintos sectores industriales produce un gran número de lesiones graves, con frecuencia incapacitantes.
Según la OIT, uno de cada cinco accidentes, por término medio, está originado por máquinas, motores y mecanismos de accionamiento.
Es cierto que se ha avanzado mucho en las técnicas de protección de la maquinaria y que hoy en día las máquinas son bastante seguras.
Pero aún así, se producen demasiados accidentes que son debidos a que aún se emplean máquinas mal protegidas, a que no existen o no se, siguen las instrucciones de trabajo seguro y a que se producen conductas inseguras por parte del personal que las maneja.
Los principales riesgos que presentan las máquinas en general son los siguientes:
– Riesgos de lesión debidos a proyecciones de fragmentos de los materiales que se trabajan.
– Riesgo de corte, atrapamiento, amputación, pellizco, etc., en los puntos de operación, corte, prensado, embutición, taladrado, etc., en tornos, taladros, esmeriladoras, fresadoras, prensas, sierras, cepillos, etc.
– Riesgos de atrapamiento por las transmisiones, ejes, volantes, correas, poleas, acoplamientos, engranajes, cabezales y otros elementos de máquinas en movimiento.
Todas estas partes deben ir protegidas con carcasas o cubiertas que hagan imposible el contacto con los elementos en movimiento.
Trabajando con máquinas, el orden y la limpieza del puesto de trabajo (virutas, charcos, trozos de piezas) adquiere especial importancia, ya que un operario podría resbalar, tropezar y caer contra partes de la máquina en movimiento, con las consecuencias que es fácil imaginar.
La ropa de trabajo debe ser ajustada, sin desgarrones ni partes colgantes que puedan ser atrapadas por elementos de las máquinas en movimiento. El uso de bufandas, cadenas, relojes, anillos, pulseras, puede ocasionar accidentes graves por atrapamiento. El mismo riesgo presentan las melenas sueltas y las barbas largas, que deben ir recogidas con una gorro o una redecilla.
Como norma general, los operadores de máquinas deben protegerse con gafas o pantallas de seguridad y calzado de protección. No es conveniente usar guantes cuando el operario ha de manipular en máquinas con herramientas o elementos en movimiento (tornos, taladros, fresadoras), dado que el guante aumenta el riesgo de atrapamiento y arrastre de la mano.
Siempre que sea posible, el punto de operación de la máquina deberá estar protegido mediante pantallas físicas o fotoeléctricas que impidan el acceso a la herramienta mientras dura el proceso.
Además, se debe instalar un dispositivo o pulsador de parada de emergencia, que debe estar al alcance inmediato del operario.
En plena era de la automatización, la herramienta manual sigue siendo elemento imprescindible para determinada clase de trabajos.
Aún existen infinidad de tareas u operaciones industriales que sólo pueden realizarse manualmente.
La experiencia demuestra que a este tipo de herramientas no se les presta siempre la debida atención. Su uso es tan frecuente en las industrias y talleres y son aparentemente tan inofensivas, que es precisamente ahí donde radica su peligrosidad.
Todo el mundo cree saber cómo se utiliza un martillo, un destornillador, una lima, una llave fija o un cincel. Sin embargo, algo se pasa por alto, porque los accidentes e incapacidades producidos por este herramental son todavía demasiado numerosos: en nuestro país, un 7% del total de accidentes y un 4% de los graves, aproximadamente, tienen como origen una herramienta manual.
Muchas son las causas que conducen a estos accidentes, pero podríamos citar como más importantes: la inapropiada calidad de las herramientas, la inadecuación de las mismas para el trabajo que se realiza, la utilización descuidada o inexperta por parte del operario, el mal estado de las herramientas por falta de mantenimiento y el incorrecto almacenamiento y transporte.
No es difícil evitar los accidentes ocasionados por las herramientas manuales si se tienen en cuenta ciertas normas:
– Usar las herramientas adecuadas en cada trabajo: no deben usarse, por ejemplo, las limas como palancas, los destornilladores como cinceles, los alicates como martillos, etc. Trabajando con tensión eléctrica, se usarán útiles con mango aislante. En ambientes con riesgo de explosión, se utilizarán herramientas que no produzcan chispas.
– Conservar la herramienta en buenas condiciones: se deben utilizar útiles de buena calidad, conservarlos limpios, cuidar de que tengan la dureza apropiada, cuidar de que los mangos o asas estén bien fijos y bien estudiados.
Verificar periódicamente su estado y repararlas o reemplazarlas si es preciso.
– Manejarlas en la forma debida: proteger los filos o puntas de las herramientas. No meter las herramientas en los bolsillos. No llevarlas en las manos cuando se suben escaleras, postes o similares; se deben llevar en carteras fijadas en la cintura o en bandolera.
– Guardar las herramientas ordenadas y limpias en lugar seguro: no se deben dejar detrás o encima de órganos de máquinas en movimiento. Proteger la punta y el filo de los útiles cuando no se utilicen. El desorden hace difícil la reparación de los útiles y conduce a que se usen inapropiadamente.
Las herramientas eléctricas portátiles, tales como taladros, muelas, sierras, martillos picadores, lámparas, etc., han llegado a ser auxiliares indispensables en la industria.
Aunque el manejo de las máquinas portátiles parece no entrañar peligro, la experiencia demuestra lo contrario, ya que este tipo de herramientas son con frecuencia causa de accidentes e incluso de incendios.
Las herramientas se conectarán a un cuadro eléctrico montado por un instalador cualificado, que comprenda como mínimo un interruptor diferencial de corte de alta sensibilidad y dispositivos de protección contra sobreintensidades.
Si se van a utilizar cables alargadores, es preciso asegurarse de que sus enchufes tengan el mismo número de patillas que la herramienta eléctrica que va a conectar.
Las máquinas portátiles eléctricas se bloquean fácilmente cuando el operario empuja fuertemente, produciéndose, como consecuencia, un calentamiento excesivo de sus bobinados por efecto del gran aumento de la intensidad de la corriente.
Esta anomalía en carga es perjudicial, asimismo, para la buena conservación de los útiles de corte, amolado, pulido, taladrado, etc., y se corre el riesgo de que se produzca la rotura del útil, con la consiguiente proyección de fragmentos a gran velocidad.
Es, pues, necesario no utilizar estas máquinas forzándolas al límite de su capacidad.